¡Hola Mamá!

domingo, 30 de mayo de 2010

Tengo que

Hola Mamá, tengo que estudiar... creo que nunca me has visto estudiar. Tampoco me has enseñado.
No tengo nada que reprocharte, o quizás sí. Pero eso ahora no preocupa.

Papá ha salido con carlitos de la mano, y tu estas sentada en el sofá con esa mirada perdida. Que te pasa? Porque no reaccionas, porque no respondes?

Tengo que estudiar, y no puedo. Tengo que dedicar tiempo a mis planes para el futuro y no tengo fuerzas. Tengo que tenerte a mi lado, te necesito.

No sé si esto servirá de algo, pero te quiero Mamá. Aunque no te recuerde. Y te pido, que me ayudes.

sábado, 29 de mayo de 2010

Hola Mamá

Entró en casa, con el pelo alborotado, el labio roto y un bolso lleno de barro en la mano.

Se acercó a la cocina y dijo: Hola Mamá, te equivocaste, te echo de menos.
Nada habia cambiado, el silencio lo volvia a romper María, como siempre. Miró a su madre fijamente y vió como no hacía nada, seguia lavando los platos. Esa chica de pelo alborotado, labiorroto y el bolso sucio no podía más, por eso se fue, demasiado silencio, demasiada distancia, demasiado para seguir, demasiado sufrimiento. Ella preferia correr, salir de esa casa y caerse al suelo, equivocarse, olvidarse de esa casa.

La verdad es que no vivía en una casa diferente, simplemente una casa sin ese Mamá, te echo de menos.

Porque sí, la echaba de menos y eso, que sólo habían pasado seis años felices, unos meses de sufrimiento enorme y luego llegó el silencio. Sólo quedaban recuerdos, fotos divertidas, fotos de amor, fotos de felicidad.
Años de compasión, de "mirala esta sola", "¿se acordará de ella?", todo esto pasaba por su mente de una forma más lenta y dolorosa esas últimas noches. Además, sentía algo nuevo, un presentimiento off, un presentimiento de que algo horrible iba a pasar. Y deseaba con todas sus fuerzas que desapareciera, porque sentía miedo, miedo de perder a alguien y no saber a quien.

De mandar mensajes que sabía que no se iban a contestar, pero ella deseaba ver un mensaje nuevo, algo nuevo por lo que luchar, porque hasta ahora como decía su padre: "Las cosas no te salen bien, v. de Nueva York"

Es cierto, las cosas no salen bien, o por lo menos mi interior no está bien, falta equilibrio.

Eso es lo que buscaba la pequeña del pelo alborotado, lo que llevaba buscando su hermana toda su vida: Equilibrio, estabilidad.