¡Hola Mamá!

sábado, 30 de octubre de 2010

We are in this together.

No tengo mucho que decirte ahora mamá, estoy contenta pero soy un poco cobarde. (ya lo sabes, verdad?)
Simplemente sé que estamos juntas, y que reimos juntas. Y que en el viento puedo encontrarte, que si te busco en el fondo del mar, estarás esperandome en la superficie.

Si buscas encuentras y ahora, estoy contigo y te quiero. Sigue a mi lado y ayúdame a darlo todo, a tirarme al abismo ;) (ya sabes a lo que me refiero eh?) :D
Y me he dado cuenta, que a dónde voy, llevo mi alegría y a la TUYA, especialmente la tuya, porque me dejaste tanto amor que he ido recogiendo, que ya no se si me merezco. Sé que eres feliz y que nos veremos pronto.Vienes conmigo a África? Porque allí lo daremos todo JUNTAS.

I love so much.

Tu niña.

jueves, 21 de octubre de 2010

Flores, tan bonitas cómo tú.

Saltaba y cantaba, cómo si de un cuento se tratase. Tú seguías en casa, esperando en la cocina.
¿Qué habría hoy de cenar, mamá?

Su cara ya no estaba llena de barro, y se sentía mejor, estaba contenta. Las cosas le salían bien y sabía que su madre estaba detrás de ello. Sabía que la protegía, lloraba con ella, la empujaba cuando no podía más, la echaba de menos mucho más de lo que ella se imaginaba...

- Vaya mamá, ¿cuando volveré a huir de la cama?¿Cuándo volveré a poder hacerlo?
- (...)
- Mamá, gracias por las flores, son bonitas como tú, como yo... te echo de menos. Pero gracias por las flores.

Su madre la quería tanto, cuidaba de ella cómo podía, la acariciaba por las noches, estaba siempre a su lado, riéndose de sus tonterías, triste y optimista cuando su hija se quedaba sin fuerzas.

María, María, María. Ella va contigo, no lo olvides.

Si, ella de alguna manera lo sentía, lo notaba en cada paso, en cada sonrisa, en cada soplo del viento, en cada nota de las canciones más amadas, en cada beso evaporado, en cada almohada abrazada, en cada "Mamá, te echo de menos".

Salir corriendo ha sido la salida durante algún tiempo, pero ahora, mira a tu madre, dile que la quieres y que siempre estarás con ella, porque llega un momento en que querrás recordar su sonrisa y aunque te duela, aunque lo intentes con todas tus fuerzas, sólo podrás quererla con los ojos cerrados, con alguna lágrima en el viento y con tus manos temblando. Porque hay momentos en la vida, que aunque tú no quieras, no dejarás de recordarlos.

Mamá, ha sido demasiado, ¿porque el número 23?, nunca lo entenderé. Maldito 23. Porque una cama vacía no merece la pena. No nos merece la pena. Te echo de menos Mamá y te quiero muchisimo, cada vez más.

P.D. Un día con la cara llena de barro, tu niña te regalará flores. Flores tan bonitas cómo tú.

Porque te prometo un abrazo eterno.
Te lo prometo.

jueves, 23 de septiembre de 2010

Te quiero tanto!

Vuelvo sobre mis pasos mamá, vuelvo para luego correr. De todas formas veo que estas a mi lado, te quiero tanto! Te echo de menos ya lo sabes, tengo ganas de volver a verte.
Tengo tantos recuerdos o quizás son pocos, eso no lo sé. Sólo sé que te quiero y tenía que decirtelo de alguna manera.

Y ahora me toca admirar, admirar la grandeza que hay a mi alrededor, descubrir eternos secretos y conformarme, huir de vez en cuando pero darlo todo. Darlo todo por un "siempre más" y seguir mirando hacia lo alto, sabiendo que puedo hacer cosas grandes y en vosotros veo tantas cosas.

Aprendo tanto de ellos, también de ti Aput ;) Y sólo te nombro a ti porque creo que lo leerás.
Hay tanta magia en vosotros, es impresionante, alucino a cada momento. Que cosas más grandes estamos llamados a hacer, que cosas tan grandes hacemos sin quererlo, tanto que hacemos y tan poco que vemos.

Abriré los ojos y muchas cosas más, sigo esperando. Pero no por eso estoy quieta.

Recuperaré esa magia o al menos, eso creo. Gracias.


Porque con un pequeño empujón te puedes creer el rey del mundo. Allá vamos.

viernes, 20 de agosto de 2010

La sinceridad da asco.

Y no es por el hecho de que me haya dado cuenta, me hayan dicho, haya dicho o similar. La sinceridad da asco. ¿Porqué?

Yo te lo diré, llevo casi dos semanas pensando en lo mismo, actuando conforme a una serie de impulsos y sensaciones o de sentido común (aún no lo tengo muy claro), pensando en lo mismo. Sí, sé que me repetido.
Llevo dos semanas dependiendo de mí misma, no en ese sentido en el que estas pensando. En el sentido de que he sido sincera, he roto todas las barreras de mi mente, corazón y ser, y he sido completamente sincera o al menos de una manera impresionista. Y nada, ni un sólo susurro.

He pensado en ti Mamá. He pensado en muchas cosas y empiezo a flaquear. (odio esa palabra, flaquear...bugh)

Mum help me, i need somebody.

P.D. Te quiero, aunque no haya postales.

jueves, 22 de julio de 2010

Por curiosidad, ¿Cómo te llamas?

¿Cómo me llamo Mamá? ¿Qué nombre elegiste para mí?

El nombre con el que me aman, me odian, me echan de menos, el que maldicen, con el que (espero que) sueñen, el que se preguntan, el que saben, el que recuerdan.

Mi nombre forma parte del tuyo, me gusta más el tuyo, lo sabes no? Más especial, menos típico, más de otra manera.

Esa elección es díficil pero siempre acertada.

-Por eso no hace falta que digas nada, de momento, Mamá. Con esa mirada me has gritado que me quieres.
-...
- Un silencio lleno de amor, sí, esta vez si que me has llenado el corazón.

I love you, so much, wherever I go, whatever I do.

María, María Estrella se llama Ella.

lunes, 19 de julio de 2010

Lo siente.

- Lo siento Mamá, te he vuelto a fallar. He vuelto a fallarme a mí misma, estoy perdiendo mi color, de nuevo. Caigo, los problemas me frustran.
- ...
- Mamá, hoy no, paso de tus silencios, quiero oirte, quiero que me cantes antes de dormir. Quiero dejar de sentirme sola, vale? Ahora me siento sola, entre la gente, sola como antes.

Ella se dejó rodear, claro y por qué no?
La gente la hacía sentirse mejor, pero se frustraba siempre que tenía que dar consejos, veía la solución clara, pero ponerla en práctica era hacer daño. Soluciones que no todo el mundo podía realizar. No todo el mundo podía hacer reír y llorar a la vez. Ella quería a su madre, la quería, allí en el suelo rodeada cosas, cosas inútiles. Ahora estaban solas, solas, ella y su música.

Un momento perfecto para regar las plantas, dejar de comer una temporada que terminaría con un bonito brownie esa misma tarde, llorar y afinar la guitarra.

Debía estar orgullosa, estaba rodeada de grandes amigos, de nuevos amigos, había tenido desilusiones pero lo más importante es que confiaban en ella.

Tres chicos en una humilde semana le habían dicho: "Esto no se lo he contado a nadie más."

A ella le dolía, le dolía el corazón, no quería ver sufrir, quería risas, pero quería ver abrazos largos de esos que duran horas y que se sólo se dan en momentos muy especiales, débiles e instántaneos.

Débiles, cómo ella y su cara manchada de barro, llena de marcas, marcas de momentos más felices.

- A pesar de todo,...te quiero Mamá, te quiero muchisimo.

lunes, 5 de julio de 2010

Tienen la misma voz


La misma voz, el mismo canto.

En eso pensaba, ella. Ella que pasaba por primera vez un verano en la ciudad, un verano en la capital, un verano lleno de calor, de besos, de sangre y hormonas alteradas.

Ella ponía un poco de música, así se evadía un poco. Su madre estaba un poco más atenta que de costumbre, quizás era la repentina cercanía de su cumpleaños, sólo quedaba una semana. Una semana que llevaría a recordar todos los años vividos, un amor de hace tres años, un viaje a las seis de la mañana, una risa de martes 6 y también nos recordaría la letra de una canción.

Una canción de ruptura, de ruptura con la dignidad. Eso era, está claro.- decía la niña de la melena y sombrero.- Ruptura de la dignidad.


Pero Ella desconocía que ya había aprendido a tocar la guitarra, quizás no en este mundo, pero en cualquier otro si. Y por eso, sus ojos se empañaban al verlas, al oírlas sonar, al oírlas cantar. Por eso ella mañana cogería su guitarra, la sacaría de la funda e intentaría entonar una voz, una canción,una vida.

miércoles, 23 de junio de 2010

At the moment FOUR mums

Eso es, no jueges con fuego, te puedes quemar. - Eso decía él, del que se suponían tantas cosas, y luego nada.

Pero ella quería jugar con fuego, ese era su elemento, le gustaba el fuego, le daba vida, le daba su esencia.
Ella era una pequeña mecha a punto de encenderse, se encendía a veces, pero siempre acababa apagándose. 

Ahora estaba en la cama, sentada, rodeada de ropa, sin saber que meter en la maleta. Porque no sabía que llevarse a un viaje que no sabía como se iba a suceder, no sabía si llenarla de alegría o hacer un hueco a la melaconlía y la añoranza o llenarla de pañuelos para las lágrimas que iba a derramar. Ella no sabía que meter en la maleta de su vida, un viaje que le habia tocado vivir, pero que nadie le había dicho cómo, bueno al menos ella no conocía a nadie que supiera. Todos improvisaban, magnificamente, cómo si llevarán toda la vida pensando en ello, bueno, toda la vida no pero toda esa existencia de antes ese "limbo de los bebés".

Demasiado recorría su cabeza, sabía que se dejaba millones de sensaciones, millones de cosas, pero ese es el coste, el coste de oportunidad, tu eliges y algo te pierdes. Y ella no queria perderse nada, pero sucedía, quería saber cual era elección estrella. Aquella que la haría más feliz.

jueves, 17 de junio de 2010

Yo también.

Empezaba un nuevo día, con la despedida de las estrellas y la luna y la bienvenida del sol.

Se había dormido pensando en que tenía que poner el despertador una hora antes, y aún sin ponerlo su "despertador cerebro" se despertó una hora antes. Cosas de la vida o quizás es que esta chica con la cara llena de marcas de las sábanas y de las pesadillas era especial. Pero aunque se despertó antes, su cuerpo no quería desperezarse y por eso, siguió esperando el boli azul entre las hojas blancas a ser utilizado, no hizo el trabajo.

Lavarse los dientes, ducharse, toalla, vestirse, mirarse al espejo, peinarse, mirarse al espejo, salir de casa, llamar al ascensor, piso B, salir del portal, andar, pasar por el kiosco, pararse a comprar chicles de fresa y limón, casi perder el autobús.

Casi, casi, casi, casi tantas cosas. - Pensaba María.- Yo también puedo ser borde, pero te admiro, no creo en esas formas contigo, eres un IMPACTO en mi vida.

Y esta chica con una trenza y en el ipod sonando: She is a genius- Jet. Dejó su mente volar y cantar entre pausas.

Y seguía el día... CLASE CLASE CLASE CLASE CLASE.

Esta rutina la deprimía un poco, una depresión de esas que están pero que no se notan, porque... ¿Para qué hacer al mundo más infeliz con sus problemas? Ella sabía que había bastante gente triste que alegrar, y quien sabe en que momento podía provocar una sonrisa algo relacionado con ella.

Se sentó en la arena, entre sus amigos, como cada día. Y recordaron viejos tiempos, entre otros amigos, entre los mismos. Debatieron y llegaron a discutir varias ideas, pero no se borraba la sonrisa de su cara.

Porque aunque no se cómo, este grupo en el que se movía María, era tan diferente entre sí pero tan complementado y a la vez tan feliz y sonriente, que no me extraña que sea bastante feliz.

Pero llegó el momento ese momento que ella detestaba, lo detestaba más que estar llena de barro ante la puerta de su casa con la cara sucia y con un palito incrustado en su mejilla y... entonces ver que no hay nadie en casa o que cómo solía pasar su madre ignoraba sus llamadas, detestaba tanto ese momento del día que se transformaba.
Se transformaba en algo mecánico perdía sus espontaneidad y sus breves locuras. Pero sólo quedaban tres días y medio de sufrimiento.

Ya se acababan las clases, la esperanza de encontrar un buen profesor de filosofía y las carcajadas ante un problema dentro del recinto ese, en el que pasaba días y años de su vida, ese que era parte de su vida aunque se alegraba cada vez que aparecía la oportunidad de no ir. Porque en eso se basaba ir a clase, en discutir, aprender, enseñar, escuchar, comprender al profesor y llegar a casa y transformarlo todo en algo real.

¿Dónde está ella? En la mesa, con la luz encendida y abriendo un libro del que mañana se examinaría.

sábado, 12 de junio de 2010

Singing la la la mamá

Sí, Mamá.

Me hubiera gustado que estuvieras hoy aqui, que hubieras estado ayer, bueno la verdad me gustaría que hubieras estado siempre.

Porque el amor es algo fundamentalmente IMPRESIONANTE. Cada día soy más consciente porque me doy cuenta que se ama sin tener en cuenta distancia, tiempo, sexo, edad, medio o estado.

Que buena y que guapa eres Mamá! No envejeces! Ya sabemos tu y yo porqué, aunque estás tan cómo hace diez años que te echo de menos. Hoy me ha salido bien Mamá. Sé que estabas mirando, he confiado en mi misma cómo a ti te gustaría que hiciera.

Mamá, dejame hacer mios los recuerdos que otros tienen de ti, porque si no... me olvidaré de ti.

Te quiero.
"Éramos una gran familia, vivimos en otra casa durante un tiempo y luego hubo uno de esos momentos que ellos esperaban, que deseaban que no sucediesen, y que rompió el corazón de una familia, el corazón de grandes amantes. Ahora cantemos con una guitarra, recordando otros tiempos."

miércoles, 2 de junio de 2010

-Mamá, estoy enferma no puedo más.- repetía mientras se tocaba el pelo mojado. Se apartó un menchon y decidió mirar a su alrededor, sin pena pero si con cansancio.

Un gran montón de folios esperaban a ser estudiados encima de la mesa. Nietzsche esperaba entre ellos, a ser estudiado, entendido, alabado, contradecido y por fin, aprendido.

-Mamá te echo de menos cada día que pasa. Te echo de menos y te quiero. Pero como te puedo echar de menos, dime cómo.

Se repetía esto cada día. Y como siempre, sacudió la cabeza se levantó de la cama y se puso a organizar esa vida que no le pertenecia. Esa vida que quizás otro honraría más.

Pero eso da igual, María puso mozart a bailar y entre sus notas empezó a conocer a Nietzsche y un poco más de la vida. Porque cada momento que pasaba, era menos tiempo sola, se acercaba más a su madre. Más a ese reencuentro tan esperado, a ese reencuentro sorpresa.

Y así pasaban los minutos, casi todos con una sonrisa en la boca y un buen sabor de boca. Y cuando estos desaparecían, aumentaba más su nostalgia. Pero de esto ya hablaremos otro día.

domingo, 30 de mayo de 2010

Tengo que

Hola Mamá, tengo que estudiar... creo que nunca me has visto estudiar. Tampoco me has enseñado.
No tengo nada que reprocharte, o quizás sí. Pero eso ahora no preocupa.

Papá ha salido con carlitos de la mano, y tu estas sentada en el sofá con esa mirada perdida. Que te pasa? Porque no reaccionas, porque no respondes?

Tengo que estudiar, y no puedo. Tengo que dedicar tiempo a mis planes para el futuro y no tengo fuerzas. Tengo que tenerte a mi lado, te necesito.

No sé si esto servirá de algo, pero te quiero Mamá. Aunque no te recuerde. Y te pido, que me ayudes.

sábado, 29 de mayo de 2010

Hola Mamá

Entró en casa, con el pelo alborotado, el labio roto y un bolso lleno de barro en la mano.

Se acercó a la cocina y dijo: Hola Mamá, te equivocaste, te echo de menos.
Nada habia cambiado, el silencio lo volvia a romper María, como siempre. Miró a su madre fijamente y vió como no hacía nada, seguia lavando los platos. Esa chica de pelo alborotado, labiorroto y el bolso sucio no podía más, por eso se fue, demasiado silencio, demasiada distancia, demasiado para seguir, demasiado sufrimiento. Ella preferia correr, salir de esa casa y caerse al suelo, equivocarse, olvidarse de esa casa.

La verdad es que no vivía en una casa diferente, simplemente una casa sin ese Mamá, te echo de menos.

Porque sí, la echaba de menos y eso, que sólo habían pasado seis años felices, unos meses de sufrimiento enorme y luego llegó el silencio. Sólo quedaban recuerdos, fotos divertidas, fotos de amor, fotos de felicidad.
Años de compasión, de "mirala esta sola", "¿se acordará de ella?", todo esto pasaba por su mente de una forma más lenta y dolorosa esas últimas noches. Además, sentía algo nuevo, un presentimiento off, un presentimiento de que algo horrible iba a pasar. Y deseaba con todas sus fuerzas que desapareciera, porque sentía miedo, miedo de perder a alguien y no saber a quien.

De mandar mensajes que sabía que no se iban a contestar, pero ella deseaba ver un mensaje nuevo, algo nuevo por lo que luchar, porque hasta ahora como decía su padre: "Las cosas no te salen bien, v. de Nueva York"

Es cierto, las cosas no salen bien, o por lo menos mi interior no está bien, falta equilibrio.

Eso es lo que buscaba la pequeña del pelo alborotado, lo que llevaba buscando su hermana toda su vida: Equilibrio, estabilidad.