Un gran montón de folios esperaban a ser estudiados encima de la mesa. Nietzsche esperaba entre ellos, a ser estudiado, entendido, alabado, contradecido y por fin, aprendido.
-Mamá te echo de menos cada día que pasa. Te echo de menos y te quiero. Pero como te puedo echar de menos, dime cómo.
Se repetía esto cada día. Y como siempre, sacudió la cabeza se levantó de la cama y se puso a organizar esa vida que no le pertenecia. Esa vida que quizás otro honraría más.
Pero eso da igual, María puso mozart a bailar y entre sus notas empezó a conocer a Nietzsche y un poco más de la vida. Porque cada momento que pasaba, era menos tiempo sola, se acercaba más a su madre. Más a ese reencuentro tan esperado, a ese reencuentro sorpresa.
I love my mum.
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